Ferit y Seyran, al enterarse de que Suna está a punto de casarse con un hombre que no ama, se sienten muy preocupados. Entienden bien la personalidad débil de su hermana y temen que Suna tenga que vivir en un matrimonio infeliz.
Después de muchas noches de inquietud, Ferit y Seyran deciden sacar a Suna de este matrimonio arreglado. Hacen planes para llevarla a la casa de Pelin, donde Suna podrá refugiarse temporalmente y escapar de las presiones de la familia.
Al llegar a la casa de Pelin, Suna es recibida calurosamente. Pelin comprende bien la situación de Suna y está dispuesta a ayudarla. Allí, Suna puede vivir en un ambiente cálido y tranquilo, lejos de las complicaciones de la vida. Tiene tiempo para pensar en su futuro y encontrar el camino correcto.