Ferit había decidido ayudar a Suna a escapar de su familia, una familia llena de presión y control. Él había planeado todo con detalle, decidido llevarla en la oscuridad de la noche, cuando todo estuviera en silencio. Sabía que esta era su única oportunidad y no podía dejar que Suna viviera más tiempo con miedo y sufrimiento. Preparó todo: el coche, el dinero, las cosas necesarias para una nueva vida, y dibujó un futuro en el que ambos pudieran escapar del control asfixiante de Kazim.
Sin embargo, cuando llegó la noche y todo estuvo listo, Suna se sintió confundida. Se encontraba atrapada entre una decisión difícil, dudando sobre si debía irse o no. Temía por Kazim, por lo que podría ocurrir si él descubría la verdad. Kazim no la perdonaría, y si él se enteraba de que ella había huido, la situación se pondría aún peor. Suna recordó las amenazas que había recibido de él, las peleas, y el miedo que nunca la había dejado en paz.
Ferit fue paciente, pero también sabía que el tiempo se estaba agotando. Finalmente, Suna decidió, con todo el valor que pudo reunir, que huiría. Ya no podía seguir viviendo con tanto miedo. Sin embargo, cuando estaba a punto de irse, algo terrible ocurrió. Kazim descubrió su desaparición y enloqueció. Comenzó a buscarla sin descanso, sin saber que ella ya había planeado su huida.
La búsqueda de Kazim lo llevó a Seyran, la hermana de Suna. Kazim sospechaba que Seyran estaba involucrada en la desaparición de su hermana y comenzó a interrogarla. Seyran, llena de miedo y ansiedad, no pudo decir la verdad. Kazim, incapaz de controlar su ira, comenzó a atacarla, empujándola a una situación peligrosa.
Ante esta escena, Suna, que observaba desde lejos, viendo cómo Kazim actuaba de manera violenta, tomó una decisión aterradora. No podía permitir que Kazim siguiera atacando a su hermana, no podía dejar que él hiciera daño a nadie más. En un arranque de desesperación y desesperanza, Suna tomó un objeto pesado y golpeó a Kazim en la cabeza. El golpe fue tan fuerte que él cayó al suelo, inconsciente.
Ferit, al darse cuenta de que la situación se había vuelto aún más peligrosa, corrió hacia el lugar. Rápidamente montó una escena falsa para proteger a Suna. Le mintió a Kazim, diciéndole que se había desmayado debido a que una lámpara se había caído sobre él. Kazim, aunque aún confundido y dolorido, empezó a sospechar de todo lo que ocurría a su alrededor. Sus ojos se centraron en Seyran, cuya actitud parecía extraña, y una sensación vaga comenzó a crecer en su interior. Empezó a hacerse preguntas sobre todo lo que había sucedido, preguntándose si todos en su familia estaban ocultando algo.
Suna había huido, pero el camino por delante aún estaba lleno de peligros. Todo no había terminado, y la nueva vida que ella y Ferit comenzarían tendría que enfrentar muchos desafíos. Pero al menos ahora podría vivir libremente, sin tener que temer cada día.