Antes de comenzar el partido, Seyran decidió grabar todo con su teléfono. No solo quería asegurarse de que el partido fuera justo, sino que también esperaba poder ver la grabación más tarde para analizar cómo había jugado. Sabía que cada partido era una oportunidad para aprender y mejorar.
Ferit, con su personalidad confiada y a veces un poco burlona, no perdió la oportunidad de hacer un comentario para molestarla. Viendo que ella se preparaba para grabar, sonrió y dijo: “Graba todo, para que luego veas claramente en qué te has equivocado.” Sus palabras hicieron que Seyran se sintiera un poco incómoda, pero mantuvo su decisión firme. Este partido no solo era para ganar, sino para demostrar que podía tomar el control de su vida.
El partido comenzó, y la tensión en el aire era palpable. Cada golpe, cada punto era disputado con determinación, sin que ninguno cediera ante el otro. Seyran se concentró al máximo, tratando de no dejar que las bromas de Ferit la distrajeran. Cada punto era una pequeña batalla, y ambos luchaban con todo lo que tenían. Aunque Seyran se esforzó al máximo, cada movimiento, cada decisión era tomada con gran cuidado, pero Ferit siempre estaba un paso adelante.
Finalmente, después de una serie de momentos tensos, el partido llegó a su fin. Ferit fue el ganador. Seyran se quedó quieta, sorprendida, mirando a Ferit. No podía creer lo que había sucedido. El sentimiento de derrota la invadió, y en ese momento, se dio cuenta de que había perdido y, con ello, la oportunidad de seguir persiguiendo su sueño de ir a la universidad.
El sentimiento de pérdida no solo venía de haber perdido el partido, sino también de saber que había tenido que abandonar una parte de su sueño para ajustarse a las expectativas y deseos de Ferit.
En ese momento, Seyran no solo había perdido un partido, sino también una parte de su vida que siempre había anhelado. Sin embargo, sabía que tenía que mirar hacia adelante, aprender de la experiencia y no dejar que este fracaso la desanimara. Sabía que la vida no se trataba solo de ganar o perder, sino de cómo se levantaba uno después de cada caída.