Miguel Ángel Vacas, el hombre que pronto se convertirá en el nuevo jefe de gobierno de Toledo, entró en la casa de la familia De la Reina con una sonrisa amigable. Damián y Jesús, dos viejos amigos, se levantaron para recibirlo cálidamente. Ambos no podían ocultar su entusiasmo, ya que sabían que la relación con Miguel Ángel sería muy beneficiosa para sus negocios, especialmente para obtener el permiso de construcción para el complejo termal que Jesús había soñado durante tanto tiempo.
“Amigo, ¿puedes ayudarnos a obtener el permiso rápidamente?” preguntó Jesús con esperanza, con la mirada llena de brillo.
Miguel Ángel sonrió, asintiendo con confianza. “Por supuesto, no te preocupes. Todos en Toledo saben que puedo ayudar con esto.”
Después de intercambiar algunas palabras sobre negocios, Jesús invitó a Miguel Ángel a quedarse esa noche. Miguel Ángel aceptó gustosamente, sabiendo que no solo sería una oportunidad para fortalecer su relación de negocios, sino también para estrechar aún más su amistad. Mientras tanto, Jesús también esperaba que la presencia de Miguel Ángel lo acercara a Begoña, la hermosa novia que nunca dejó de amar.
Las conversaciones continuaron durante la noche, no solo sobre trabajo, sino también sobre los planes futuros, lo que fortaleció aún más la relación entre los tres. Sin embargo, en el corazón de Jesús, había una pequeña preocupación. Sabía que para ganar el corazón de Begoña, no solo necesitaría la ayuda de Miguel Ángel, sino también demostrar que merecía su amor.
Esa noche, mientras Miguel Ángel descansaba, Jesús se quedó solo en la sala, pensando en todo lo que había hecho y lo que aún tenía que hacer. Sabía que, además de tener éxito en los negocios, lo más importante era encontrar una manera de conquistar a Begoña. Y esperaba que, con el apoyo de Miguel Ángel, todo fuera más fácil.