Seyran estaba de pie junto a la ventana, observando cómo la ciudad se iba sumiendo lentamente en la oscuridad de la noche. La luz de la luna iluminaba la habitación, destacando las lágrimas que caían por sus mejillas. Aquella carta secreta era como un puñal clavado en su corazón. Resulta que Ferit siempre supo sobre el oscuro pasado de su familia, pero decidió ocultárselo. La sensación de traición envolvía a Seyran, sumiéndola en una desesperación profunda.
Mientras tanto, Ferit luchaba con sus propios tormentos internos. Amaba profundamente a Seyran, pero su pasado lo llenaba de miedo. Temía que los fantasmas del pasado pudieran destruir su amor. Ferit acudió a Diyar en busca de consejo, pero no esperaba que ella aprovechara la oportunidad para sembrar aún más dudas en su corazón.
Por otro lado, Sinan, con su apariencia tranquila, ejecutaba en secreto su plan. Había sobornado a algunos testigos falsos para acusar a Seyran de un incidente ocurrido hace muchos años. Su objetivo era claro: separar a Seyran y Ferit y hacerla sufrir.
Una noche, Seyran recibió una llamada con una noticia urgente. Al llegar al lugar indicado, descubrió que todo era una trampa. La policía apareció y la arrestó. Al enterarse, Ferit entró en pánico, tratando desesperadamente de demostrar la inocencia de Seyran, pero todo parecía estar en su contra.