Curro, en medio de los rumores sobre las verdaderas intenciones de José Juan y Julia, se sentía confundido. No podía decidir si debía continuar con el matrimonio arreglado o no. Martina, su amiga más cercana, le aconsejó que escuchara su corazón y no hiciera nada de lo que no estuviera seguro. Después de varios días de reflexión, Curro decidió posponer la boda y enfrentarse directamente a José Juan y Julia para aclarar la verdad, con la esperanza de encontrar paz en su corazón.
Las habladurías y la duda sobre la relación entre Julia y José Juan lo habían dejado inquieto. Aunque su corazón siempre se inclinaba hacia Julia, las voces que hablaban de los motivos ocultos de José Juan lo hacían sentirse inseguro. No sabía si seguir con el compromiso impuesto por su familia era lo correcto.
Martina, quien siempre había sido su confidente y su apoyo, notó el conflicto interno de Curro. Ella había sido testigo de muchas de sus luchas y siempre le había dado consejos sabios. En su conversación, Martina le dijo con firmeza: “Curro, no dejes que lo que digan los demás decida por ti. Escucha tu corazón, no hagas nada de lo que no estés seguro. Tu vida es tuya, y solo tú sabes lo que realmente deseas.”
Las palabras de Martina hicieron que Curro reflexionara profundamente. Se detuvo por un momento, se enfrentó a sí mismo y comenzó a cuestionar si realmente podía vivir con esa decisión. ¿Era este matrimonio lo que él realmente quería, o solo una expectativa impuesta por su familia?
Después de varios días de pensar, Curro decidió que no podía seguir viviendo con la incertidumbre y las preguntas sin respuesta. Decidió posponer la boda y enfrentarse directamente a José Juan y Julia. Quería aclarar todo, descubrir la verdad detrás de los rumores y, con suerte, encontrar la paz en su corazón.
La conversación no fue fácil, pero Curro sabía que solo de esta manera podría recuperar la confianza y tranquilidad en su decisión. Quería proteger su felicidad y ya no dejar que las dudas gobernaran su vida.