Suna encuentra un refugio seguro en la casa de Pelin, pero el peligro aún no ha terminado realmente. Kazim no está dispuesto a abandonar su objetivo. Continuamente envía a alguien para espiar y amenazar a Suna.
En esta situación, Abidin, el leal guardaespaldas de Ferit, se convierte en un sólido escudo que protege a Suna. Con su amplia experiencia y su agudo instinto, rápidamente descubre los complots de Kazim. Abidin no solo es un protector, sino también un amigo, siempre dispuesto a escuchar y compartir las preocupaciones de Suna.
Los sentimientos entre Abidin y Suna comienzan a florecer en este entorno lleno de turbulencias. Abidin se siente atraído por la fortaleza y determinación de Suna, mientras que ella también se siente segura y confiada al tener a Abidin a su lado. Sin embargo, ambos saben que su amor es algo imposible, ya que Abidin es un hombre de Ferit y Suna ya está prometida a Kazim.