En la fábrica, Damián se volvía cada vez más celoso de la relación cercana entre Marta e Isidro. Veía la calidez en la mirada de Isidro hacia Fina, un amor sincero y generoso. La pregunta que atormentaba a Damián era: ‘¿Qué tiene Isidro que yo no tengo?’ Esta pregunta lo angustiaba y lo llenaba de desasosiego. Su hija le respondió que el conductor buscaba la seguridad de Fina sin esperar nada a cambio.
Las palabras de Fina fueron como una puñalada en el corazón de Damián. Se dio cuenta de que había perdido a Fina por su egoísmo y ambición. Mientras tanto, Fina le ofrecía una oportunidad de regresar. Ella había preparado un hogar acogedor donde podían empezar de nuevo. Sin embargo, Damián seguía dudando, temeroso de enfrentarse al pasado y a sus errores.
Al mismo tiempo, Jesús planeaba recuperar su posición en la industria del perfume. Buscaba ganar la confianza de Pedro, prometiéndole ayudar a revitalizar el negocio de las aguas termales. No obstante, el verdadero propósito de Jesús era manipular a Pedro para presionar a la familia De la Reina, obligándolos a retomar los negocios con él. Jesús quería restablecer su imperio sin necesitar la colaboración de los Carpena.