La tensión en la habitación aumentaba. Las palabras de Kazim y Halis, llenas de reproches y amenazas, eran como cuchillos que se clavaban profundamente en el corazón de Seyran. Con cada minuto que pasaba, sentía el peso de la responsabilidad, la culpa por no haber podido detener a Ferit y evitar que esto ocurriera. Sabía que si no tomaba acción, todo se desplomaría y su familia no podría ser salvada.
En el momento más crítico de confusión y miedo, Seyran decidió dar un paso adelante. Aunque sabía que ese sería el momento más difícil de su vida, no podía permitir que Kazim y Halis siguieran culpando a otros. Con el corazón lleno de dolor, se arrodilló frente a Halis, el abuelo al que siempre había respetado, y con una voz firme dijo: “Abuelo, perdóname. Yo fui quien no detuvo a Ferit y permitió que esto sucediera.”
Todos en la habitación guardaron silencio, observando cada movimiento de Seyran. Sus palabras fueron un golpe mortal, haciendo que la atmósfera se volviera aún más pesada. Nadie esperaba que Seyran, una persona que siempre había valorado a su familia, asumiera toda la responsabilidad de un error que no podía controlar por completo. Pero ella sabía que solo así podría salvar la situación, que solo de esta forma la familia Korhan no se desplomaría.
Kazim, con una mirada llena de decepción, miró a Seyran una última vez. Había esperado que su hija fuera quien arreglara las cosas, pero esta vez no podía perdonar lo que había sucedido. Sin decir una palabra más, Kazim se dio la vuelta para marcharse. Pero antes de salir por la puerta, se detuvo y, con voz firme, dijo: “Hoy te perdono, pero esto no es el final.”
Seyran se levantó, aunque su corazón estaba roto. Pero su mirada había cambiado, y una nueva determinación surgió en su interior. Sabía que la vida no era fácil, y que, a veces, tendría que sacrificar mucho para proteger a su familia. Ya no era la joven vulnerable de antes, Seyran haría todo lo posible para proteger a la familia Korhan, incluso si eso significaba herirse a sí misma. Caminó hacia adelante, con un corazón lleno de fortaleza, lista para enfrentar los desafíos que vinieran.