Después del momento de pasión explosiva, María se dio cuenta de que había cometido un gran error. Los sentimientos por Andrés, aunque desvanecidos, aún estaban presentes. No quería perder su matrimonio, ni tampoco herir a Víctor. Con el corazón pesado, María intentó encontrarse con Víctor para aclarar las cosas.
En un encuentro tenso, María expresó sinceramente sus sentimientos. Explicó que valoraba su amistad con Víctor, pero su corazón seguía perteneciendo a Andrés. El rechazo de María fue como un cubo de agua fría para Víctor, quien se sintió completamente decepcionado y angustiado. A pesar de intentar reprimirlo, las lágrimas rodaron por sus mejillas.
Víctor se fue en un estado de ánimo devastado. Se sintió traicionado y profundamente herido. Sin embargo, los sentimientos por María seguían ahí, lo que le impedía olvidarla fácilmente. La gran pregunta era si Víctor sería lo suficientemente fuerte para superar este dolor y seguir adelante con su vida, o si intentaría de nuevo ganar el corazón de María.
Mientras tanto, Andrés seguía completamente ajeno a lo que había sucedido. Continuaba tratando a María de manera fría e indiferente. María se sentía agotada y desilusionada con su matrimonio, pero aún intentaba mantenerlo por miedo a la ruptura.