A la mañana siguiente, el ambiente en la mansión Korhan se volvió más tenso que nunca. Kazim, con una profunda sospecha, había reforzado la seguridad en los alrededores. Cada rincón de la mansión estaba bajo un control estricto. Sin embargo, Seyran y Ferit habían ideado un plan meticuloso para introducir a Suna sin ser detectados.
Seyran y Ferit idearon un plan arriesgado. Decidieron enrollar a Suna en una alfombra grande y luego introducirla en la mansión como si fuera un mueble nuevo. Para llevar a cabo este plan, tuvieron que pedir ayuda a algunos amigos de confianza.
Con la ayuda de sus amigos, Suna fue introducida de manera segura en la alfombra. Seyran y Ferit actuaron como los encargados de la entrega, y lograron engañar a los guardias con facilidad para introducir a Suna en la mansión.
Una vez dentro de la mansión, Suna fue llevada a una habitación secreta que Seyran había preparado con anticipación. La habitación estaba equipada con todo lo necesario para que Suna pudiera esconderse durante un tiempo. Seyran le prometió que encontraría la manera de sacar a Suna de allí de forma segura cuando la situación estuviera más tranquila.
Mientras tanto, Kazim se volvía cada vez más frenético en su búsqueda de Suna. Dio órdenes a sus hombres para registrar cada rincón de la mansión, pero no encontraron ninguna pista sobre ella. Kazim comenzó a sospechar que alguien estaba ayudando a Suna a escapar, y decidió que no descansaría hasta descubrir al traidor.