Ferit, un hombre que vive en el lujo pero siempre insatisfecho con su vida, elige la evasión en lugar de enfrentar sus problemas. Después de una fuerte discusión con su esposa Seyran, él no puede soportar la presión y decide irse de fiesta con su exnovia Pelin. Esa noche, Ferit no para de beber, buscando olvidar todos sus problemas. Cuanto más borracho está, más revela las tensiones acumuladas sobre su vida matrimonial, que considera una carga.
Cuando Pelin se da cuenta de que Ferit está demasiado ebrio para conducir, le ruega que no lo haga, pero él, demasiado confiado y queriendo demostrar su valentía, insiste en tomar el volante. “Estoy bien, no te preocupes”, dice, aunque sus palabras son ya ininteligibles.
Al ser detenido por la policía, Ferit intenta aprovechar el prestigio de su familia para evitar sanciones: “Soy Ferit Korhan, puedo resolver esto con una simple llamada”, asegura, pensando que eso le permitirá salir del problema. Sin embargo, esta vez, su arrogancia no le sirve de nada. La policía decide confiscarle su licencia de conducir, obligándolo a enfrentarse a las consecuencias de su evasión.
De regreso a casa después de esa noche caótica, Ferit se da cuenta de que no puede seguir huyendo de todos sus problemas. Sin su licencia, su reputación dañada, ahora no solo se ha metido en problemas él mismo, sino que también ha afectado a toda su familia. Este incidente marca un punto de inflexión, forzándolo a reflexionar sobre su vida y las decisiones erróneas que ha tomado. En su mente, aparece la imagen de Seyran, su esposa que ha soportado tanto, y Ferit empieza a preguntarse si todavía tiene oportunidad de corregir sus errores.