Adriana, con una sonrisa de satisfacción, celebra el inesperado cambio de planes de Bárbara, quien, tras mucho dudar, ha decidido quedarse en el valle por más tiempo. Con esta decisión, Adriana se siente aliviada.
Luego, a solas, Rafael le entrega a Adriana un regalo especial con el que se refuerza su vínculo.
La gratitud de Adriana por el collar es sincera, y el gesto de Rafael supone que se produzca un acercamiento entre ellos.
La calma se rompe cuando Julio irrumpe en la escena, observando la cercanía entre Rafael y Adriana con una mezcla de celos y desconfianza.
Mientras tanto, Alejo lleva a cabo una tarea que ha ocupado sus pensamientos y le comunica a Luisa que la lápida de sus padres está finalmente lista.
En otro rincón de la mansión, Victoria, siempre astuta y calculadora, hace un inquietante descubrimiento: Bárbara ha acumulado un pequeño ahorro con la intención de invertirlo en la educación de una institutriz. Para Victoria, este hallazgo es una oportunidad que no está dispuesta a dejar pasar.
Por su parte, Matilde, convencida de que ha recuperado el afecto de Gaspar, decide dar un paso más en su relación. Llena de ilusión, organiza un encuentro romántico, un intento por revivir los momentos de complicidad que compartieron tiempo atrás. Sin embargo, mientras Matilde se deja llevar por su optimismo, Irene sigue sumida en el desconcierto. El comportamiento reciente de Gaspar la ha dejado en shock, y aunque intenta ocultar su dolor, Mercedes, siempre alerta a las debilidades ajenas, aprovecha la oportunidad para ofrecerle consuelo, con la esperanza de ganarse su confianza y acercarse a ella.
Sin embargo, para su sorpresa, Victoria cambia de estrategia, mostrando un lado inesperadamente vulnerable que desconcierta a José Luis, haciéndole dudar de las verdaderas intenciones de la mujer que creía conocer.