Cuando cae la noche, Şevval y Akif se mueven sigilosamente entre los árboles densos del bosque, llevando consigo el cuerpo de Gokhan, un antiguo amigo que ahora se ha convertido en una carga. Acaban de escapar de la policía, pero están inquietos por los oscuros secretos que rodean la muerte de él. “No podemos permitir que nadie se entere”, susurra Akif, sus ojos llenos de ansiedad. “Es cierto,” asiente Şevval. “Si no, todos nosotros pagaremos el precio.” De repente, oyen pasos. Yasmin y Aybike se acercan, con las linternas parpadeando en la oscuridad. “¡Akif! ¡Şevval!” grita Yasmin, su voz revela su preocupación. “¿Qué están haciendo aquí?”

A solo unos metros de distancia, Şevval y Akif sienten que sus corazones laten desbocados. “Nosotros… solo estamos dando un paseo,” dice Şevval, intentando mantener la calma. Pero en su interior, sabe que está mintiendo. “¿Un paseo? ¿A esta hora y aquí?” Aybike levanta una ceja con desconfianza. “¿Qué está pasando?” Cuando Yasmin ve el cuerpo cubierto con un trapo, grita: “¿Qué es eso?!” Se lanza hacia adelante, y Akif no tiene más remedio que destaparlo, revelando el rostro helado de Gokhan. “¡No! ¡Gokhan!” Yasmin cae al suelo, aterrorizada. “¿Por qué él?”

“Nosotros… no queríamos que esto sucediera,” Akif protesta, pero su voz se apaga, ya sin confianza. “¡Esto no era lo que planeamos!” “¿Ir a la cárcel? ¡No, no!” Yasmin balbucea, las lágrimas llenan sus ojos. “¡Nos arrestarán!” “Yasmin, escúchame,” interrumpe Şevval, su tono firme. “Yo asumiré la responsabilidad. Si la policía pregunta, di que Gokhan vino aquí y tuvo un accidente. Haré todo lo posible para protegerlas.” “¿Protegernos?” Aybike se muestra escéptica. “No podrás hacer eso si nos arrestan a todas.” “¡Escucha!” grita Şevval, mirando directamente a los ojos de Aybike y Yasmin. “¿Creen que puedo hacer las cosas más fáciles? Si no cooperamos, todo será peor. Déjenme manejarlo.”

“Pero…” Yasmin aún quería protestar, pero Aybike la detuvo, susurrándole: “No tenemos otra opción.” Akif mira a los ojos de Yasmin, sintiendo la desesperación en ellos. “Tendremos que trabajar juntos. Si no actuamos ahora, lo perderemos todo.” “¿Entonces qué debemos hacer?” pregunta Yasmin, su voz temblando. “Llevaremos el cuerpo a un lugar seguro,” decide Şevval, “y encontraremos la manera de mentir sobre esto. No podemos dejar que nadie sospeche.” El ambiente se vuelve tenso cuando se dan cuenta de que su elección decidirá el destino del grupo. Entre los árboles oscuros, ha comenzado una lucha por la supervivencia, donde la verdad y la mentira se entrelazan, y cada minuto que pasa se siente como una carrera contra el tiempo.